La técnica de inseminación artificial (IA) es una herramienta fundamental para el mejoramiento genético del hato. El éxito de esta técnica está condicionada por diversos factores, entre los que se encuentran: la correcta aplicación de la técnica de inseminación y la habilidad del técnico inseminador, edad, raza y estado nutricional del ganado, factores climáticos, calidad del semen, y el momento de la IA (Wattiaux, 1999).
Los niveles de fertilidad han disminuido en las últimas décadas debido en gran medida al incremento en los niveles de producción de leche en los establos que usan esta tecnología. La infertilidad es uno de los problemas reproductivos más importantes y una de las principales causas de desecho en los hatos lecheros (Lucy, 2001; Vitela et al., 2004). Un ejemplo de ello es que en Estados Unidos se ha observado una tendencia descendente en el porcentaje de concepción en los últimos 40 años; así, en 1951 se lograba gestar 65% de las vacas servidas, mientras que en 2000 se obtuvo menos del 40% (Lucy, 2001). En México ha ocurrido algo similar, hace 30 años más del 50% de las vacas servidas quedaban gestantes, en el 2000 el valor registrado fue menor del 40% (Hernández, 2000) y en el 2012 se reportó alrededor del 40% (Ruiz et al., 2012).
Los factores que influyen en el éxito de la IA pueden ser agrupados en 3 grandes grupos; el primero que es controlado por el hombre (técnico inseminador o por el encargado responsable de la inseminación), el segundo es por factores asociados a la vaca (edad, raza, lactancias, etc.), y el último grupo está compuesto por factores ambientales (clima, manejo, etc.) (Senger, 1980).
El objetivo de este artículo es discutir aquellos factores involucrados en el éxito de la IA que pueden ser mejorados, en los cuales está involucrado el técnico, centrándonos específicamente en la implementación correcta de la técnica. En este grupo puede haber una influencia intermedia hacia los factores intrínsecos de la vaca, y en menor medida con el grupo de factores ambientales. A continuación se hace una revisión de puntos clave en los cuales se pudieran estar cometiendo errores y que impactan en la fertilidad cuando se usa la técnica de IA.
Este tal vez es uno de los puntos más importantes y el que menos atención se pone en los establos lecheros del país. Graham (1996), hace mención de que muchas escuelas de enseñanza en la técnica de IA asumen erróneamente que una persona que aprendió a inseminar, lo hará de forma eficaz para siempre. Se ha demostrado que la habilidad del técnico es un factor crucial que influye en la fertilidad del ganado lechero (Peters et al., 1984). Un estudio reporta que los técnicos 4 meses antes de ser reentrenados tenían una menor tasa de no retorno a estro comparado con ellos mismos 4 meses después de su reentrenamiento (Graham, 1996), también King y Macpherson (1965), reportaron un incremento del 43% en la correcta deposición del semen en el útero en personal con reentrenamiento versus antes de ser reentrenados. En otro estudio se reportó que sólo el 40% de las inseminaciones son colocadas en el cuerpo del útero (lugar correcto de deposición), el 17% en el cérvix, y el 43% en los cuernos (Peters et al., 1984). Cabe mencionar que hace años se recomendaba depositar media dosis de semen en el cuerpo del útero y el resto en el cérvix, esto porque supuestamente se pensaba que era en el cuello del útero donde se capacitaban los espermatozoides adquiriendo el poder fecundante, hoy en día se sabe que en el útero también se lleva a cabo esta capacitación y es por eso que se recomienda depositar todo el semen en esta región anatómica. Toda esta información en su conjunto confirma la importancia del reentrenamiento como una forma de actualización del personal. Por otra parte, se tiene que considerar que es común que con el tiempo los técnicos van descuidando detalles sencillos pero muy importantes (como el tiempo de descongelado o la manipulación de la pajilla al armar el equipo) lo cual contribuye a disminuir la eficacia. Con el reentrenamiento del personal se disminuirían la mayoría de los errores más comunes en la técnica de IA que veremos más adelante.
Fotografía 1. La capacitación constante y el reentrenamiento del personal como punto importante para lograr el éxito en la aplicación de la técnica de inseminación artificial.
El manejo del termo del nitrógeno se considera incluso como un factor de riesgo para el éxito del uso de la técnica de IA. Senger (1980) menciona que el descuido del termo de nitrógeno provoca daños irreversibles en la calidad de las pajillas.
El cuidado del termo puede centrarse en 3 puntos sencillos:
Para obtener mayor probabilidad de éxito en la técnica de inseminación artificial debemos contar y emplear apropiadamente el material básico. A continuación les mostramos una lista que se debe tener a la mano para verificar que se cuenta con todo el material necesario.
Pinzas largas para sujetar la pajilla.
Toalla de papel desechable (secar pajilla).
Cortador de pajillas de semen.
Camisas o fundas protectoras.
Pistola o aplicador con seguro.
Limpieza de la vaca:
Esta lista deberá verificarse como mínimo una vez por semana, realizando una lista precisa del material y del semen utilizado en el termo, puesto que es importante el inventario actualizado de las dosis remanentes y de su localización con el objetivo de evitar la manipulación excesiva de las pajillas.
Una vez que se verificó que se cuenta con todo el material y el inventario de semen está actualizado, se deberá poner atención en los siguientes puntos:
Al desinfectar el equipo: Se debe desinfectar el equipo con alcohol al 70% para evitar transmisión de enfermedades y para tener el equipo limpio. Nunca se deberá usar jabón ni desinfectantes ya que son espermaticidas; por esta razón, tampoco se deben usar como lubricantes (Looper, 2000)
Al elegir la pajilla en el tanque: Al seleccionar la pestaña con la cual se trabajará, nunca levantar la canastilla hasta el cuello del tanque, ya que la temperatura puede alcanzar de 2.2ºC a 12.2ºC (Looper, 2000). Si las pajillas son retiradas por arriba de la línea de helada o la canastilla rebasa la línea todas las pajillas pueden ser dañadas; si la pajilla no puede ser localizada en un periodo de entre 5 y 10 segundos, debe taparse el tanque y esperar de 10 a 15 segundos para que la temperatura del termo se estabilice nuevamente (Looper, 2000).
El uso de las pinzas para sacar y sacudir la pajilla es un factor importante para evitar contacto con la piel por dos razones: primero, puede ocasionar quemaduras por congelación y por otra parte existe el riesgo de contaminar la pajilla. Al usar las pinzas se evita el riesgo de subir la pajilla hasta la línea de helada y se evita calentar la pajilla con el calor de los dedos (Fotografía 2). Se debe asegurar que no hayan gotas de nitrógeno sobre la pajilla al momento de descongelarla, esto con el fin de que no se afecte la integridad de la pajilla y que no se altere la temperatura del agua al descongelar (Senger, 1980).
Fotografía 2. Uso de pinzas para el manejo de las pajillas.
Manipulación del termo descongelador: En relación al termo descongelador es importante estar al pendiente de dos cosas, la temperatura y el tiempo durante el cual se debe descongelar el semen:
DuPonte (2007) menciona que una pajilla tiene un tiempo máximo de uso de 10 minutos una vez descongelada (mientras siga en el agua a la temperatura adecuada), la pajilla que exceda este tiempo ya no deberá usarse. Un punto importante en este paso es el número de pajillas a descongelar, actualmente en los establos intensivos tenemos un gran número de vacas a inseminar, y es común que el técnico descongele varias pajillas a la vez. Si no se tiene cuidado, esta práctica puede acarrear problemas. Se debe tener en cuenta que las pajillas están frías y al entrar en contacto con el agua pueden alterar la temperatura a la cual se estarían descongelando las siguientes (disminuyendo la calidad del semen), por otra parte es riesgoso descongelar más de 3 pajillas por vez ya que con un mayor número se incrementa la probabilidad de que pudieran ir gotas de nitrógeno al momento de introducirlas al agua y que explote la pajilla.
Es importante poner atención al momento de preparar a la vaca a inseminar, se recomienda poner mucha atención en lo siguiente:
Fotografía 3. Uso de la camisa sanitaria para evitar contaminación del útero.
Graves y Smith (2010) mencionan los errores más comunes y que disminuyen la probabilidad de éxito de la inseminación artificial al momento del armado del equipo para Ia:
Recomendamos ampliamente la evaluación del personal dedicado a inseminar artificialmente a las vacas, esta actividad puede llevarse a cabo cada 2 ó 3 meses de forma sorpresiva (Fotografía 4). Hemos creado una lista para este fin y resume los puntos que hemos tratado en este artículo.
El monitoreo lo puede realizar la persona que supervise al técnico encargado de las inseminaciones y a su vez realizar sugerencias para que la técnica se lleve a cabo de forma correcta.
Fotografía 4. Evaluación del personal encargado de realizar la inseminación artificial en el establo.
Para incrementar la fertilidad en el establo es importante tomar medidas nutricionales, sanitarias y de manejo en el peri-parto, con el fin de tener a las vacas en las mejores condiciones al momento de ser inseminadas. Este trabajo busca aportar a los esfuerzos que se hacen en los establos para alcanzar mejores indicadores reproductivos, destacando una parte del manejo reproductivo al cual pocas veces se le pone atención: la correcta aplicación de la técnica de inseminación artificial y la habilidad del técnico inseminador. Es fácil que con el tiempo los encargados de realizar esta labor vayan adquiriendo malas costumbres o vayan relajando la disciplina que requiere esta tarea. Recomendamos ampliamente la capacitación y reentrenamiento de los técnicos encargados de llevar a cabo la IA al menos cada año y más importante aún, el monitorear el trabajo que realizan.
“Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, si no por el número de veces que tienen éxito”, Thomas Alva Edison (1847-1931).
Autor/es: Gerardo Díaz Sánchez1, Mario A. Espinosa Martínez2 y Luis J. Montiel Olguín2. 1 Médico Veterinario Zootecnista egresado de la UAM-Xochimilco. 2 Investigadores del Centro Nacional de Investigación Disciplinaria en Fisiología y Mejoramiento Animal-INIFAP. Fuente:Engormix